Todo el tiempo escucho en consulta a mujeres (son la mayoría) que con tristeza, preocupación o enojo afirman que el metabolismo lento es el causante de su sobrepeso. La verdad, es que como alguna vez una maestra me dijo: el problema en los pacientes no es el metabolismo lento sino la boca rápida.

Si bien es cierto que algunas condiciones fisiológicas pueden hacer que se quemen menos calorías, la más común es la falta de alimento. Así como lo leen. Las dietas muy bajas en calorías, las rutinas exhaustivas de ejercicio o la combinación de ambas pueden, lejos de ayudarnos a perder peso, hacernos ganar.

¿Quieres gastar? ¡Tienes que consumir! Así de inteligente y sensato es el cuerpo.

Olvídate de las dietas muy exigentes, de morirte de hambre, de pasarla fatal. Sigue estas recomendaciones y regrésale lo funcional a tu cuerpo.

1. Desayuna. Después de tantas horas de sueño y de ayuno, tu cuerpo lo que necesita es despertar. Para ello necesita energía y la energía proviene de los alimentos. Quien se salta el desayuno desaprovecha importantes horas de aceleración metabólica. Si te levantas a las 6 pero desayunas hasta las 11 de la mañana, pierdes 5 horas donde tu cuerpo en lugar de estar activo, está letárgico.

2. Controla el consumo de grasa y azúcar. Son calorías vacías que no aportan nada al cuerpo pero se almacenan en forma de grasa haciendo el cuerpo pesado, restando energía y afectando tu salud.

3. Come cada 3 horas. Porciones pequeñas muy seguido es mejor que porciones abundantes una o dos veces al día. Eso mantendrá a tu cuerpo haciendo digestión, absorción, etc todo el día. Eso quiere decir que estará más activo. El ETA o Efecto Térmico de los Alimentos es la energía que gasta el cuerpo en todos los procesos digestivos, si comes más, gastas más.

4. Modera los carbos y aumenta las proteínas. Las proteínas, además de aportar vitaminas del complejo B que optimizan las funciones metabólicas, son más difíciles de digerir que los carbohidratos y por ello el cuerpo necesita más energía. Además, las proteínas dan sensación de saciedad por más tiempo lo que hará que comas menos.

5. Sorprende a tu cuerpo y modifica tu rutina de entrenamiento. Así es, el cuerpo se acostumbra a todo y si siempre haces lo mismo de ejercicio quemarás cada vez menos calorías porque se va haciendo más eficiente ante el esfuerzo. Sorpréndelo con nuevas rutinas. Un día menos tiempo pero más intenso, otro día más tiempo pero con intervalos, etc. El chiste es ir cambiando tu rutina y así obligas al cuerpo a constantemente adaptarse al esfuerzo.

6. Aumenta tu masa muscular. El músculo gasta calorías por el simple hecho de existir. A mayor cantidad de masa muscular, metabolismo más acelerado todo el día. No te preocupes, no quiere decir que te pongas como Hulk, sólo es aumentar poco a poco tu masa muscular y eso también te ayudará a quemar grasa.

7. Mantente hidratado. Elimina toxinas y metabolitos de deshecho, además permite ser optimizar procesos y protege contra lesiones. Un cuerpo deshidratado es un cuerpo en peligro. Bebe agua, mucha. Puedes tomar también te verde pero no en exceso.

8. Come cosas picantes o frías. Generan calor o frío en el cuerpo y para regular la temperatura el cuerpo gasta calorías. No es mucho pero, en estos casos, todo suma. La canela, pimienta y jengibre también ayudan.

9. Olvídate de las dietas. Come lo que debes y cuando debes. Nada pero y más estresante para el cuerpo que el hambre. Nunca menos de 1200 kilocalorías, nunca. Es más, casi te diría que si eres mujer no menos de 1500 y hombre 1800.

Ahora si, con todo esto… acelera tu metabolismo y deja que lo demás, se haga por sí solo.

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